La controversia en torno a la construcción de la reconocida artista modernista Tarsila do Amaral adquiere nuevos contornos con la transformación de sus dibujos en NFT (Tokens no fungibles), marcando un capítulo intrigante en la historia del arte digital.
Los dibujos, que datan de la década de 1920 y representan paisajes de la costa brasileña, pertenecen al traductor Alípio Neto y se venden en línea con un certificado de autenticidad, lo que genera una serie de desafíos legales y familiares.
Controversias familiares y de patrimonio intelectual en torno a las NFT
Mientras la sobrina nieta y heredera Tarsilinha se niega a reconocer la autenticidad de las obras, otros dos herederos autorizaron la producción de las obras. NFTproporcionando autenticación indirecta a los dibujos.
Este impasse añade más complejidad a la batalla legal que busca validar la autoría de las obras y su inclusión en el catálogo oficial del artista, actualizado por última vez en 2008.
Los NFT, vendidos por 0,3 ETH cada uno (aproximadamente 3.300 reales) por la empresa sueca Zeitls, se convirtieron en blanco de intensas especulaciones y varios debates.
Paola Montenegro, sobrina bisnieta de Tarsila y propietaria de los derechos de autor del artista, participa en el proyecto, a pesar de que la comisión de expertos en las obras de Tarsila no aprobó por unanimidad la autenticidad de los dibujos.
NFT vendido con obras de Tarsila do Amaral – Imagen: Reproducción
Paulo Montenegro, otro heredero del artista, expresó dudas sobre la autenticidadafirmando no ser un experto, pero firmó un documento autorizando la producción de los NFT, presentando los dibujos como originales de Tarsila.
El abogado de Alípio Neto, Mario Solimene Filho, sostiene que los NFT y la autorización de la familia son pruebas significativas de la autenticidad de las obras.
Zeitls, a través de Daniela Zschaber, asegura la originalidad de las obras y destaca el objetivo de la empresa de promover el arte brasileño en el exterior.
Mientras continúa la disputa legal, el legado de Tarsila do Amaral, una figura fundamental del movimiento modernista brasileño, sigue en el centro de una intrigante intersección entre tradición e innovación digital.