¿Qué diablos son estos superdeportivos? ¿Son reales y son un vistazo a los sueños de hipercoches del futuro? Bueno, sí y no. Sí, son una mirada a las posibilidades futuras y no, no son reales. Son versiones digitales de Ken Kelleher. Exploran las posibilidades de lo que es posible con materiales modernos y nuevas tecnologías en el ensamblaje de automóviles.
¿Por qué Kelleher crea estos diseños?
A Kelleher le gusta la idea de que “creas algo que nunca antes había existido en el mundo hasta que lo creaste”. Ese es uno de los principales atractivos para los diseñadores, ver lo que flota en su materia gris como objetos tridimensionales.
No todos son 3D, pero algunos son modelos estáticos reales que encuentra artistas para ayudarlo a construir. “Una vez que creo las representaciones, investigo cómo se podrían hacer y me conecto con las personas que creo que serían adecuadas para el proyecto”, dice. “Esta fase de creación es la fase en la que lo que hiciste todavía es nuevo para ti”, le dijo a Designboom. Ha nacido de ti. Antes no existía y ahora sí”. ¡Bien entonces!
¿Son reales estos superdeportivos?

La calidad de sus representaciones digitales hace que sea difícil saber si son reales o no, pero lo intentaremos. Lo que él llama “Belleza Negra” es tridimensional. Es el auto negro que parece tener ADN Porsche, solo exagerado con dos enormes aletas en la parte trasera.

“Pink Bubblegum Sport” también parece ser real. Sus líneas suaves y fluidas parecen familiares, pero no esos discos de ruedas que se atan al ras de las partes delanteras de las aberturas de las ruedas. No sabemos cómo girarían las ruedas delanteras, pero estas son esculturas, no vehículos funcionales.

La lujosa motocicleta morada llamada Torque One es como una pieza única de Arlen Ness, solo que inflada y exagerada. Se toman muchas libertades, pero la bicicleta sobreinflada parece factible. Sin embargo, para ser realmente funcional, el cuerpo necesitaría fibra de carbono ligera o algo exótico como el magnesio.
¿Estos superdeportivos están a la venta?

Orange Stryker toma elementos de varios superdeportivos de motor central. Casi se remonta a los cupés Jim Hall Chapperal 2D de 1966. Pero endulzado para darle un toque más contemporáneo.

Kelleher se descarrila con su 928 Porsche Private Jet. Con todas las nuevas empresas de autos voladores, una de ellas debería darle una oportunidad a esto. Es escandaloso e inimaginable hasta que escupe el diseño de su computadora.
¿Tendrías uno?

Su cupé rosa fastback parece estar inspirado en esas grandes obras maestras orgánicas Talbot-Lago de finales de la década de 1930. Pero el diseño de Kelleher exagera y realza esos cupés antiguos. Las rejillas de ventilación traseras y/o las luces traseras tienen un aspecto de propulsor a reacción muy espectacular.
Además de estos, hay otros hipotéticos más caprichosos. Pero estos tienen una sensación más seria y una cualidad seductora. ¿Te gustaría uno de estos como tu diario?